jueves, 19 de julio de 2012



Una sonrisa no cuesta nada y produce mucho. Enriquece a quienes la reciben, sin empobrecer a quienes la dan. No dura más que un instante, pero su recuerdo a veces es eterno. Nadie es demasiado rico para prescindir de ella. Nadie es demasiado pobre para no merecerla. Da felicidad en el hogar y apoyo en el trabajo. Es el simbolo de la amistad. Una sonrisa da reposo al cansado. Anima a los más deprimidos. No se puede comprar, ni prestar, ni robar, pues es una cosa que no tiene valor, hasta el momento en que se da. Y si alguna vez se tropieza con alguien que no sabe dar, una sonrisa más, sea generoso y déle la suya. Porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa como el que no puede dársela a los demás.